Nunca me había planteado el problema de la pobreza menstrual, pero después de leer el artículo creo que es más importante de lo que parece, sobre todo porque se da en un colectivo muy débil, los adolescentes, en los que en este momento se está estableciendo su personalidad y este problema puede dañar francamente su autoestima, ya que se pueden sentir despreciados por los demás que no comprenden el término de pobreza menstrual. Esta baja autoestima puede generar muchos problemas de gran envergadura como el fracaso escolar ya que las niñas incluso no quieran asistir al colegio por la vergüenza que les genera esta situación y esto podría desembocar en problemas todavía muchos más graves como es el bullying y las consecuencias del mismo.
Creo que existe una desinformación de los alumnos con respecto a la salud menstrual y esta información debería impartirse desde los colegios, para poder garantizar que la información a la que acceden sea veraz, ya que en internet existen miles de informaciones y muchas de ellas son falsas. Por ello creo que desde los centros se deben demandar este tipo de formaciones. Además como muy bien se comenta en el artículo desde los centros se deberían ofrecen productos de higiene menstrual con el fin de reducir esta pobreza menstrual que cada vez es más común, sobre todo desde el COVID-19, para poder evitar estos problemas y que las alumnas no se sientas discriminadas por tener escasos recursos y puedan acudir a los centros escolares en igualdad de condiciones que el resto de sus compañeras.
Otra media que me parece muy interesante es la que propone la Ministra de Igualdad Irene Montero y que se centra en bajar el IVA de los productos menstruales, ya que al igual que la leche, las legumbres o el arroz son productos de primera necesidad que las mujeres necesitan todos los meses.
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